El 28 de febrero de 2020, se detectó en el país el primer caso de infección por Sars-Cov-2, en un varón de 35 años que había viajado a Bérgamo, Italia, del 16 al 22 de ese mes. La pesadilla iniciaba…
El 30 de diciembre del 2019, el médico oftalmólogo chino, Li Wen Liang, alertaba a sus familiares de casos de Covid-19, en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China, por lo que fue amonestado por el gobierno. A mediados de enero se contagió de un paciente infectado, y falleció el 7 de febrero de 2020, en una unidad de cuidados intensivos. Él había hecho la advertencia de la presencia del coronavirus en el ambiente.
Rápidamente se extendió la infección por este coronavirus a todos los países, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró pandemia el 13 de enero de 2020. Prácticamente ésta se ha difundido a todos los países y continentes del planeta, y en la actualidad el número de contagios es de 113,142,855 con 2,511,688 defunciones. Nuestros niños no han tenido clases presenciales desde mediados de marzo del año pasado, y ahora lo hacen a distancia en sus casas, lo que ha contribuido a que la mayoría de escolares no tenga enfermedad alguna por el aislamiento que tienen en su hogar, evitándoles ser contagiados.
Desde el 24 de septiembre de 2020, hace cinco meses, el número de contagios a nivel mundial ha crecido cuatro veces más, y el de defunciones se ha casi triplicado. EUA cuadruplicó en este tiempo los casos de infectados, y aumentó las defunciones de 207,064 a 516,704. En nuestro país el número de contagios ha crecido en los últimos cinco meses en casi millón y medio más de casos, y las defunciones han llegado a un poco más de cien mil (actuales de 189,082), a pesar de las medidas de sana distancia que se han ofrecido por las autoridades sanitarias. Hay que tomar en cuenta que las cifras de mortalidad anual en 2017, de cardiopatías (primera causa) fue de 141,619 casos, y por Diabetes Mellitus (segunda causa), de 106,525 defunciones.
Esta pandemia ha tenido dos brotes, siendo el primero en los meses de mayo-julio de 2020, cuando hubo más casos de contagios y fallecimientos en la semana 28, y el segundo, desde el mes de octubre, teniendo su acmé la segunda semana de enero de 2021. Este segundo brote ha sido más severo en todos los países en donde se ha presentado; la ocupación hospitalaria, sobretodo en la Ciudad de México, llevó a cifras cercanas al 95% en camas generales, y a nivel de cuidados intensivos en una ocupación del 90%, habiendo necesidad de implementar más camas y equipo de atención, y de trasladar a pacientes a unidades de estados cercanos para evitar el colapso de la infraestructura hospitalaria. Afortunadamente, desde hace tres semanas, se ha observado una disminución de contagios y fallecimientos en el país, disminuyendo la ocupación de camas generales a un 33%, y en áreas críticas (UCI), a un 35% –en CDMX 56% y 63%, respectivamente– según informe de la Secretaría de Salud.
A nivel de salud pública, las pruebas de PCR están siendo usadas desde finales de febrero, cuando se detectó el primer caso. Se sabe por el Instituto Nacional de Referencia Epidemiológica (INDRE) que en el país hay seis diferentes linajes del virus Sars-Cov-2 traídos al país desde España, Italia y los Estados Unidos de Norteamérica y, que recientemente, hay casos de la nueva cepa inglesa y sudafricana de este virus.
Hay en disponibilidad ocho tipos diferentes de vacunas para contrarrestar la pandemia. Las aprobadas en el país son la de Pfizer, que utiliza RNA mensajero del virus, la de AstraZeneca, que es semejante, y han llegado esta semana las vacunas Sinovac y Sputnik V, que usan como transportador al adenoivirus 5 y 26, respectivamente. Se han aplicado ya en el país 1,801,156 vacunas, y de Pfizer se han completado dos dosis en 464,302 casos.
Brasil está en el primer lugar de aplicación de vacunas en Latinoamérica, y México es el segundo. Se ha considerado menester vacunar primero a los de más riesgo, como son los relacionados al personal de la salud en hospitales de atención Covid-19, y de gente de la tercera edad (a partir de los 60 años), que se consideran los más vulnerables y con mayor tasa de mortalidad.
La vacuna no evitará que te infectes, pero ayudará a que no hagas un Covid grave. Después de ser vacunado es menester que te sigas cuidando, y que lleves a cabo las medidas de higiene aprobadas desde esta pandemia en el país (mantener sana distancia, usar cubre boca en áreas cerradas y sin ventilar, hacer lavado frecuente de manos, hacer estornudo de etiqueta, y sanitizar con frecuencia lo que uno toque para evitar contagios). La vacuna debe tener eficacia o sea capacidad de generar la producción de anticuerpos, debe ser segura o sea, no dañar a quien la recibe, y ser efectiva en el mundo real, en donde se apreciará que efectivamente protege a largo plazo. Esto lo sabremos a medida que transcurra el tiempo. La única contraindicación a la vacuna sería una reacción grave con la primera dosis. En esta pandemia el 60-70% de la población se infectará, 80% en forma leve o asintomática, el 20% necesitará tener atención médica y el 5% puede fallecer por hacer Covid grave, aunado a comorbilidades que lo agravan.
El Dr. Héctor L. Frisbie, experto en Salud Pública de la UNAM, residente en EUA, opina: “hay quienes han dicho que se deben hacer muchas pruebas para detectar infectados y resolver el problema, pero hay países como Inglaterra que apostaron a esto, hacer pruebas, pruebas, pruebas; hicieron mucho gasto, descuidaron la infraestructura hospitalaria, se endeudaron, y esto no fue tan acertado porque puedes tener una prueba negativa e infectarte en 48-72 horas, y la primera de nada sirvió, fue un gasto innecesario y contribuyó a descuidar recursos”. A la fecha ya existe una prueba PCR de antígenos, que detecta al virus, y puede ser conocido el resultado en treinta minutos, y esto ha favorecido la mejor atención a los infectados.
El sistema SISVER y la operación centinela en nuestro país resultaron eficaces dada nuestra situación económica, lo que permitió hacer reconversión hospitalaria, tener camas y equipos disponibles para atención médica, y tener ventiladores tan necesarios para casos graves. Y lo más importante, evitar el colapso de la infraestructura hospitalaria, como sí ocurrió en Europa en abril del 2020 y que en México estuvo cerca de darse hace una semanas al llegar la ocupación hospitalaria a un 95%.
Sabemos que hay exposición de riesgo en tres circunstancias: más de quince minutos de exposición, menos de metro y medio de distancia entre las personas y estar en un lugar cerrado y sin ventilar. Hay que estar precavido y no estar con miedo que sabemos, disminuye la capacidad inmunológica de respuesta a infecciones. Hemos aprendido en esta nueva enfermedad, que si una persona tiene síntomas de infección respiratoria, o contactó con alguien positivo a Covid-19, debe aislarse para evitar contagiar a sus familiares cercanos y extender la infección a otras personas, y hacerse la prueba entre el día 5 y 7 del contacto, o en cuanto tenga síntomas de sospecha.
El sistema de salud en nuestro país, a nivel de trabajadores de la salud, siempre ha contado con gente trabajadora, competente y comprometida; la falla ha estado en el liderazgo que siempre ha sido malo, ya que se dedica más a hacer negocios, a no cumplir las metas sociales, a enriquecerse, y a malgastar el dinero que se le había asignado. Desde la década de los 70’s, México siempre fue un líder en salud pública, reconocido mundialmente por su estructura de salud a nivel social, y también a nivel de producción y aplicación de vacunas. Birmex (organismo de la Secretaría de Salud, fabricante y distribuidor de vacunas) en 2005 exportaba vacunas a Latinoamérica; después de la epidemia de Influenza se le asignaron mil millones de pesos con el objetivo de producir en México la vacuna de influenza para uso local y regional, pero nunca se llevó a cabo esto, y por el contrario, se le endeudó y quebró. Hoy somos dependientes del mercado externo.
Hoy, 24 de febrero, la pandemia en nuestro país tiene 23% de reducción; a nivel nacional hay 33% de ocupación hospitalaria, en camas generales es de 32% (en CDMX 56%) y en Terapia Intensiva de 35% (CDMX 63%). Hoy se inició la vacunación con la vacuna rusa Sputnik V, y se han aplicado 1,900,784 vacunas totales.
No hay tratamiento médico alopático específico contra el virus; debemos seguir los cuidados para no contagiarnos y esperar los resultados de la vacunación, que ojalá ayude a reducir contagios y casos de enfermedad grave para que esta pesadilla, por fin, termine.
Debemos contribuir a resolver este problema que nos involucra a todos.